¡Hoy empezamos desde cero! Porque nadie nace enseñado, si eres de los que acaba de aterrizar en el maravilloso mundo de la nieve y del ski, nos vamos a preocupar en enseñártelo todo, desde el principio, bien masticadito. Como una “guía para dummies” del ski.
Después de tantos años escuchando cómo tus colegas se van a esquiar y tú te quedas en casa porque no te atreves; te da miedo o vergüenza no saber desenvolverte en la nieve; te da la sensación de que es caro; lo ves como un mundo muy lejano a ti, que eres más de calorcito y mojito… al fin, te ha picado la curiosidad y has dicho: ¿Por qué no reservar un hotel + forfait y probar una vez? ¡Esa es la actitud!
Cuando llegues a la estación de esquí te tocará empezar desde el principio y será interesante que algún profesional te enseñe a dar los primeros pasos. Aún así, si no te quieres quedar con cara de tonto cuando te hablen de pistas, de remontes, de snowparks, de slalom o de hacer la cuña, léete esta guía básica para iniciarte en este entorno y aprender cómo ser o parecer un esquiador PRO.
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¿Ski, sky o esquí?
En primer lugar, vamos a hablar con propiedad. ¿Cómo se dice? ¿Ski, sky o esquí? Si nos remitimos al origen de la palabra, el término procede del nombre nórdico antiguo “skith”, algo que en castellano vendría a ser algo así como “palo” o “trozo de lengua”, y que se refiere al patín alargado que se utiliza para practicar este deporte. Asimismo, el concepto proviene de la raíz indoeuropea-skeid, vinculado a “cortar”.
En la actualidad, podemos decir que el término “ski” es un galicismo que viene del francés. Hablando en castellano, esta palabra se utiliza fundamentalmente en Latinoamérica; en España, sin embargo, la Real Academia Española solo acepta el término “esquí”. En plural, para hacer referencia a los patines, es válido emplear tanto “esquís” como “esquíes”.
La similitud gráfica con la palabra “sky” hace que muchas personas confundan este término con “ski”, pero si tienes unas nociones básicas de inglés sabrás que no tienen nada que ver: “sky” significa cielo, así que esta palabra la descartaremos directamente para definir este deporte de nieve.
Muy relacionado está el concepto “après-ski”, que habla de todo aquello que pasa y hacemos en nuestro viaje a la nieve cuando cierran las pistas de ski. Es un término francés que es de lo más transparente, ya que significa, textualmente, “después del ski”. Ahí entran visitas culturales, turismo, gastronomía, fiesta… ¡tú eliges! Es difícil entender un viaje a la nieve sin su correspondiente “après-ski”. Aquí te dejamos la información con el mejor après-ski de Europa.
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¿Qué es el ski?
Hay dos deportes en los que se esquía: sobre la nieve y el ski acuático. En este artículo nos vamos a centrar en el primero, aunque si quieres saber más sobre el que se practica sobre el mar, aquí puedes descubrirlo.
Así, el ski es un deporte de montaña que consiste en deslizarse por la nieve con el uso de dos tablas que se sujetan a la suela de las botas del esquiador, gracias a fijaciones con diferentes botones y correas ajustables.
En España y Andorra, la práctica del este deporte se lleva a cabo, sobre todo, en estaciones de ski, que son espacios acotados con trazados balizados (pistas), con unas garantías de seguridad y con múltiples servicios –que van de tiendas de alquiler de material donde también puedes elegir y comprar esquís hasta cafeterías, restaurantes y hoteles-; también se puede practicar en montañas vírgenes, sin pistas señalizadas, que es lo que se conoce como ski de montaña (o “skimo”) y que requiere de un conocimiento avanzado tanto de manejo de los esquís como de conocimiento para saber leer las condiciones del medio y de los tipos de nieve que te puedes encontrar.
Historia del ski
Bueno, hay que decir que en la historia del ski hay cierta controversia sobre su origen. Sí que hay un consenso en que los primeros hallazgos que podemos relacionar con este deporte vienen de la Edad de Piedra y que, en todo caso, era una forma de desplazamiento.
En aquel entonces, los cazadores se pondrían trozos de madera en los pies para moverse por zonas colonizadas por la nieve durante el duro invierno para poder seguir cazando y comiendo. Hay constancia de ello en pinturas rupestres de Escandinavia.
Por otro lado, en Rusia se encontraron unos esquís que datarían del año 6.000 a.C. que se convirtieron en los más antiguos de los que se conocen. También se han localizado diferentes evidencias arqueológicas que demuestran esta forma de desplazamiento en Noruega y en Estados Unidos, de entre los años 1.860 a. C. y 1.800 a. C.
Damos un salto en la Historia para ir hasta el siglo XI, cuando los esquís empezaron a utilizarse por militares rusos como medio de transporte. De hecho, esto llegó hasta el siglo XX, cuando los ejércitos rusos llegaron a emplearlos durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial para acceder a zonas complicadas.
Para hablar del ski como lo entendemos en la actualidad, como un deporte y una forma de divertirnos en las montañas nevadas, tenemos que ir a principios del siglo XX. Los primeros Juegos Olímpicos de invierno se celebraron en Chamonix en 1924, un evento que cosechó un gran éxito y que impulsó, de forma definitiva, la transformación de este medio de desplazamiento en un deporte de ocio. La creación de las estaciones de esquí y la aparición de los telesillas, que facilitaban el moverse fácilmente con el pesado material hasta las cumbres, fue la guinda del pastel.
En cuanto a España, la década de 1930 fue decisiva para el impulso del ski en estaciones como La Molina, Pajares y Sierra Nevada. La Federación Española de Esquí nacería poco después, en 1941. En la actualidad, los países con más esquiadores del mundo (según el número de forfaits vendidos) serían Estados Unidos, Francia, Austria, Suiza y Canadá.
Modalidades de ski
Bien, ya hemos visto que el ski es un deporte que se basa en el deslizamiento sobre la nieve con dos tablas sujetadas a las botas en paralelo. Pero no es tan simple como parece. La evolución del ski ha dado lugar a diferentes disciplinas. Para que no te pillen por sorpresa cuando te hablen de ellas, aquí te dejamos una explicación de cada una de las modalidades de ski que existen:
Ski alpino
Se trata del ski más fácil de entender: es el que practicamos cuando bajamos por las pistas señalizadas de las estaciones (también se le conoce como “esquí de descenso”). Su nombre viene de los Alpes (era obvio, ¿no?) y dentro de esta modalidad, hay otras tres en competición: descenso, en las que se logran velocidades de vértigo; slalom, un recorrido corto en el que hay que pasar por diferentes puertas colocadas a poca distancia, lo que obliga a giros muy rápidos, cerrados y espectaculares; y Super G (o Super Gigante), que combina las dos anteriores.
Ski de fondo
También conocido como ski nórdico o cross-country skiing, se refiere a la práctica del ski en grandes extensiones y por circuitos predeterminados. Vendría a ser una especie de senderismo sobre esquís: se busca recorrer largas distancias en un terreno bastante llano. El ski de fondo es una disciplina que requiere, sobre todo, resistencia. Nos remite a los orígenes del ski, cuando era una forma de desplazamiento sobre la nieve.
Ski de travesía
En inglés se le llama “ski touring”, así como ski de montaña o “skimo”. Es una manera de practicar alpinismo sobre los esquís, por lo que se trata de la modalidad más indicada para los aventureros. Consiste, básicamente, en subir un pico y bajarlo sobre las palas. No pueden practicarlo los novatos, ya que requiere mucha habilidad con los esquís, además de un conocimiento profundo de la nieve y del entorno, saber leer el tiempo y saber usar el ARVA o DVA, elementos imprescindibles en terrenos salvajes por el riesgo de avalanchas.
Ski freestyle
Una modalidad con gran espectacularidad y que consiste en hacer saltos, acrobacias y todo tipo de piruetas sobre los esquís, o también sobre la tabla de snowboard. Se cuenta que se creó a partir de unas risas que se echaban unos noruegos en las pausas de los entrenamientos de ski; hoy la broma se ha hecho seria y no hay estación de esquí que se precie que no tenga un snowpark con módulos para hacer trucos.
El freestyle de competición tiene tres modalidades: aerial, con saltos desde plataformas; mogul, que sigue un recorrido con pendiente y baches y montículos; y half-pipe, que encadena diferentes trucos en una rampa de medio tubo de hasta 6 metros y con pendientes que llegan hasta los 16 metros. El freestyle es muy bonito para ver en una competición.
Ski freeride
Es el “esquí fuera de pista”, el que no sigue trazados balizados en estaciones de ski, sino que se lanza a la aventura más salvaje en terrenos vírgenes de las montañas. Es una práctica que nos llena de adrenalina y nos conducirá por parajes de lo más espectaculares, pero tiene como inconveniente que aquí se asumen muchos riesgos. Nunca deberían practicarlo los principiantes.
¿Es difícil aprender a esquiar?
Como en todo, aprender es fácil o difícil dependiendo de la motivación y tiempo con el que lo afrontes. Pero a rasgos generales, podemos decir que empezar a moverse sobre los esquís no es algo realmente complicado.
En pocos días –o incluso horas-, seguro que le coges el tranquillo a controlar la velocidad, frenar y girar, suficiente para tirarte una y otra vez por pistas verdes y azules. Ahora bien, para lanzarte por pistas rojas y negras, necesitarás mucho más tiempo.
Para que te hagas una idea, en comparación con el snowboard, es mucho más fácil iniciarse en el ski; con la tabla, en cambio, se tarda mucho en dar los primeros pasos, por la complicación de aprender a estar en equilibrio en una sola base, pero una vez aprendido, suele costar menos progresar. Así que, si tenías dudas sobre por cual de las dos modalidades decantarte, si empezar con ski o snow, aquí te hemos dejado la respuesta.
En todo caso, la mejor manera de aprender a esquiar es estar en manos de profesionales cualificados. Aunque vayas a las pistas con colegas que saben, lo mejor es separarte de ellos e ir a clases; las hay particulares y en grupo (más económicas) en todas las estaciones de ski.
Así, estarás con otras personas en tu misma situación y con dudas parecidas a la tuya y, sobre todo, no serás el único que se sentirá un poco tonto cayéndose cada dos por tres a la nieve.
Claves para mejorar tu nivel de ski
Una vez que comiences a saber esquiar, cualquier pequeño avance que consigas se convertirá en todo un triunfo. Hay técnicas que no te darán el primer día de clase, pero sí cuando ya comiences a desenvolverte con una cierta soltura por las pistas azules más complicadas.
Una de ellas son los giros cortos, paralelos y muy rápidos, una habilidad muy útil que te ayudará en las bajadas estrechas. Otra es carvear, que supone hacer un giro amplio y elegante, ideal para ganar velocidad.
Conforme avances en el ski, mayores serán las pendientes que te atreverás a hacer; para un mayor control de la velocidad en ellas, hay que balancear los esquís alrededor de la línea de caída.
Si quieres ser un auténtico experto, también tendrás que especializarte en esquiar en condiciones diferentes, como las zonas que amanecen heladas y se vuelven grumosas cuando se derriten con la subida de las temperaturas al medio día. Y es que esquiar no depende solo de ti, sino también del entorno en el que lo practicas y de las condiciones de la nieve.
Además, no olvidemos que, un esquiador con un cierto nivel debe saber cuidar el material y el equipo de ski, así como tener un mantenimiento de los esquís riguroso para alargar su uso el máximo de tiempo posible. Sabemos que, no es un material barato, por ello es tan importante limpiarlos y secarlos bien despues de la jornada en la nieve.
¿Qué cuesta ir a esquiar?
Si nunca has ido a esquiar, seguro que tienes en la cabeza eso de que el ski es un deporte de pijos o de ricos, y que hay que tener mucho dinero para poder ir a una estación. En sus inicios, podría tener algo de razón, pero lo cierto es que en la actualidad los precios han bajado, y mucho.
En las últimas décadas se ha multiplicado el número de personas que esquían por el aumento de las estaciones de ski y por la democratización del acceso a este deporte de nieve, gracias al alquiler –que permite esquiar sin tener que comprar todo su costoso material- o al lanzamiento de paquetes que incluyen hotel y forfait a precios muy económicos.
Para que te hagas una idea, en Estiber, por ejemplo, tenemos packs con dos noches de hotel y dos forfaits desde 120 euros por persona para esquiar en Andorra. Así que si quieres hacerte una idea de cuanto cuesta ir a esquiar, te recomendamos que visites nuestra web y descubras algunas de las estaciones de ski que no te puedes perder. Por ejemplo, esquiar barato en Cataluña es posible, y es que se trata de un destino ideal para no gastar mucho dinero en una escapada. Este destino goza de varias estaciones a precios muy económicos.
Beneficios del ski
No te vamos a engañar. Desde el punto de vista físico, si nunca has esquiado, la “resaca” del día siguiente será terrible: tendrás agujetas en partes del cuerpo en las que desconocías que tenías músculos. Eso significa una cosa clara, y es que es una actividad aeróbica completísima en la que se ejercitan todas las partes del cuerpo.
Después de esquiar, te sentirás más activo que nunca. Estos son los principales beneficios para tu salud que te reportará practicar este deporte en la nieve:
- Favorece la salud muscular. Se trata de un deporte aeróbico intenso en el que se consumen muchas calorías. Eso permite bajar los niveles de colesterol y mantenerte en una forma física saludable, así como tener un corazón sano. Mientras practicas ski, también se suministran grandes cantidades de oxígeno, favoreciendo la salud pulmonar.
- Se ejercitan todos los músculos. ¡Hasta los que ni conocías! Favorecerás su fortalecimiento y tonificación, sobre todo de las áreas de los cuádriceps, glúteos, brazos, los oblicuos abdominales y todo el tren inferior del cuerpo. Asimismo, el ski ayuda a reforzar los huesos y articulaciones, reduciendo el riesgo de padecer osteoporosis.
- Ayuda a mejorar el equilibrio y la agilidad. El ski es un deporte que exige mantener una posición y control determinados, en los que trabajaremos la coordinación de cuerpo y mente. Así que es una fantástica manera de mejorar las habilidades psicomotrices.
- Un desintoxicante sin igual. La moda de los “detox” nunca superará el poder de desintoxicación que tiene el ski para el cuerpo: este deporte se desarrolla en el entorno natural, sobre todo en la zona alta de las montañas, lo que nos hace respirar un aire puro.
- Beneficioso para la salud mental. El ski nos ofrece unos paisajes de una gran espectacularidad y una actividad ideal para liberar tensión y preocupaciones. Mientras esquiamos, centramos toda nuestra concentración en el entorno, el terreno, la trayectoria de otros esquiadores para no colisionar… así que no dejamos tiempo libre a la mente para atender a “divagaciones” cotidianas. De alguna forma, es una manera de meditar alejando pensamientos negativos y una buena terapia contra la ansiedad y el estrés. Todo esto, sumado al cansancio físico, también favorece que después podamos dormir mejor.