Hay paisajes que ganan en espectacularidad y en belleza porque aparecen de golpe y cuando uno menos se lo espera. Ese es el caso de la Vall de Nuria, un tesoro natural en el término municipal de Queralbs, en la comarca del Ripollès (Girona). Y es que tiene la peculiaridad de que solo se puede llegar de dos maneras: a pie, por un espectacular camino antiguo de peregrinaje, o en tren cremallera. Es un lugar de culto que despierta fascinación.
Ubicado a casi 2.000 metros de altura, en el Parque Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser, el Valle de Nuria recibe miles de visitantes al año por el famoso santuario-basílica que preside el paraje junto al estanque artificial. Conoce todo lo que debes saber sobre este emblemático espacio de Cataluña: su historia, cómo llegar o qué ver y hacer en la Vall de Núria tanto en verano como en invierno, ya sea para practicar senderismo o hacer un viaje de hotel + forfait.
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Un poco de historia sobre la Vall de Núria
Cuenta la leyenda que el primero en vivir en el valle de Núria fue el eremita Sant Gil, en torno al año 700. Entonces talló con mucha dedicación una imagen de la Virgen de Núria, que tuvo que esconder en una cueva cuando se vio obligado a huir por la entrada de los musulmanes en la península ibérica.
Unos siglos más tarde, el año 1072, el peregrino Amadeo, procedente de Dalmacia, acudió al precioso valle, al parecer, inspirado por una revelación divina. Al llegar, construyó una pequeña capilla a la que acudieron, posteriormente, más peregrinos. Siete años después, halló los objetos que había ocultado su predecesor: la imagen de la Virgen, además de una cruz, una campana con la que el originario eremita avisaba a los pastores para compartir comida con ellos, y una olla.
La talla es de estilo románico y hoy se venera en el Santuario de Núria. Antes de que fuera restaurada, tenía un color oscuro por el paso del tiempo y el humo de las velas, motivo por el que fue bautizada como “la moreneta del Pirineu”. Hoy se considera a la Virgen de Núria como la matrona de la fertilidad y de los esquiadores catalanes. Su coronación canónica se celebró en 1965 y su festividad se celebra el 8 de septiembre.
Hoy día el santuario es uno de los más importantes de Cataluña y se encuentra en un paraje de una belleza inigualable, en un entorno virgen y rodeado de cimas emblemáticas como el Pic de Noucreus o el Puigmal.
El conjunto está presidido por una iglesia neorrománica que fue bendecida en 1911 y que tiene adosado un hotel y cuatro casas dedicadas a los santos Jeroni, Antoni, Josep y Gil. A la derecha del templo está la capilla de Sant Gil, que fue construida en 1615 y ampliada posteriormente, en homenaje al primer peregrino; en el lago está la Font de Sant Gil, que es conocida por sus aguas muy frías.
Además de la historia religiosa que envuelve el templo enclavado en los Pirineos Catalanes, este espacio también fue un punto clave en la historia política y social de Cataluña: el Santuario acogió la redacción del primer Estatuto de Autonomía durante la Segunda República Española, en 1932.
Con el paso de los siglos el complejo religioso ha acogido diferentes usos: hospital, albergue, lugar de peregrinación y hasta cárcel. En la actualidad, todo el conjunto está declarado patrimonio natural.
¿Cómo llegar a la Vall de Núria?
Como decíamos, solo hay dos maneras de llegar a la Vall de Núria: con el tren cremallera o a pie, a través de rutas de gran belleza por los Pirineos y que es el camino que seguían antiguamente los peregrinos. Por tanto, no tenemos la opción de llegar en coche; el vehículo tenemos que dejarlo en Ribes de Freser o Queralbs, que son las paradas que hace el ferrocarril que sube por la montaña. A continuación detallamos las vías que tenemos para llegar al Santuario de Núria:
El tren cremallera del Valle de Núria
Allá por 1917 es cuando se habló, por primera vez, de la necesidad de construir un funicular para facilitar el acceso al templo y a su entorno a todo el mundo. Las obras comenzaron en 1928 y en 1931 entró en circulación este peculiar ferrocarril. El cremallera es una manera diferente de subir al valle, cómodamente y accesible para todo tipo de personas, mientras podemos contemplar el increíble paraje natural que nos rodea.
Tiene un recorrido total de 12,5 kilómetros, durante los cuales supera un desnivel de más de 1.000 metros. Consta de cuatro paradas: Ribes-enlace, Ribes-vila, Queralbs y Vall de Núria.
El precio del billete para adulto de ida y vuelta (hay que hacer ambos trayectos el mismo día) es de 31 euros desde y hasta Ribes, o 28 euros desde y hasta Queralbs; los menores de 3 años no pagan y hay descuentos especiales para niños de 4 a 13 años, personas que superan los 65 años, familias numerosas y monoparentales (descuentos del 20% al 50%) y personas con discapacidad funcional (50%).
Los perros pueden subir gratis al cremallera de Vall de Núria, pero deben ir todo el trayecto atados y con bozal (si no se tiene, se venden en las taquillas). También hay una parte del tren que hace recorrido urbano –no cremallera- entre Ribes, Rialb y Queralbs a partir de 5 euros.
El ‘camí vell’ de Queralbs
Lógicamente, no siempre ha existido el tren cremallera. Este medio de transporte para llegar cómodamente al valle comenzó su andadura en 1931, por lo que antes el ‘camí vell’ o camino de los peregrinos era la única vía de acceso que tenía el santuario de Núria. El recorrido no tiene pérdida: solo hay que seguir el GR 11 y sus correspondientes marcas rojas y blancas.
Si lo hacemos de ida, el primer tramo del sendero pasa por las casas de Queralbs y tras una subida de escaleras, se adentra en bosques de robles, chopos y fresnos. Con frecuencia os encontraréis con las vías del tren cremallera. Después de varios rincones absorbentes y restos de trabajos ferroviarios, llegaréis a la cascada de la Cola de Caballo.
Estáis ya cerca del collado de la Creu d’en Riba, donde repentinamente se mostrará el santuario de Nuria custodiando todo el valle. Ahí tendréis un mirador donde podéis hacer un merecido descanso con unas vistas que curan todo el sacrificio hecho. Ya solo queda una pequeña bajada para alcanzar el valle y acceder a todos sus servicios (tiendas, restauración, hotel, etc.).
A tener en cuenta: si hacéis esta ruta en invierno, os encontraréis con nieve y hielo. No tiene ninguna dificultad el resto del año (más allá de la exigencia física de una ruta larga), pero en invierno hay algún tramo expuesto podría ser peligroso con hielo (por resbalones). Consultad siempre las previsiones meteorológicas, niveles de hielo y nieve y planteaos la posibilidad de llevar o alquilar crampones.
Son 16 kilómetros con 750 metros de desnivel positivo que se recorren en unas tres horas en unas condiciones normales. En un día se puede hacer el recorrido ida y vuelta, pero solo es recomendable para los más entrenados en montaña, ya que se acumulan más de seis horas de marcha; otra opción es ir en tren y volver caminando (la más suave, ya que es casi todo bajada) o al revés. Si no pernoctáis en el valle, consultad los horarios del tren cremallera para no quedaros ‘atrapados’.
Ruta a pie desde Fontalba
Otra opción para ir caminando a la Vall de Núria, en este caso mucho menos exigente e ideal para familias, es dejar el coche en el aparcamiento de Fontalba –desde donde parten otras rutas, como la de la ascensión al Puigmal-. Hay que decir que este espacio está regulado y el acceso está limitado a 100 coches diarios y que cuesta 5 euros por vehículo y día.
Desde aquí podemos hacer una caminata con fantásticas vistas del valle, por bosque y algo de subida. El sendero está bien indicado y no tiene pérdida. En total suman unos 10 kilómetros y unos 400 metros de desnivel entre ida y vuelta, que tranquilamente se pueden completar en unas tres horas y media de marcha.
¿Qué hacer en la Vall de Núria en verano?
En verano el entorno de la Vall de Núria adquiere una preciosa tonalidad verde y las temperaturas son más agradables en alta montaña. Hay planes para todos los públicos. Toma nota de sus propuestas:
- Paseo en teleférico. Coge el remonte Coma del Clot para tener unas espectaculares vistas del valle y de los picos pirenaicos que le rodean, además de acercarte a las rutas de alta montaña. Sale de la Vall de Núria y llega hasta el Albergue del Pic de l’Àliga, a 2.170 metros de altitud.
- Parque lúdico. Es la gran atracción de la Vall de Núria, un gran espacio dedicado especialmente a las familias y con una amplísima oferta de actividades: karts de montaña, circuito de patinetes, piscina sensorial, juegos de equilibrio, tubbings, camas elásticas, slack line, rocódromo, tirolina, cintas transportadoras… Se paga por horas y, durante ese tiempo, se puede disfrutar de todas de forma ilimitada. El acceso está restringido a personas de más de 1,90 metros de altura y de 90 kilos de peso.
- Senderismo. Los alrededores de la Vall de Núria, en pleno Pirineo Catalán, son un auténtico paraíso para los amantes del senderismo y de la alta montaña, con cumbres que rozan los 3.000 metros de altitud. Hay algunas muy sencillas para hacer toda la familia, como el “Camí del Llac”, que bordea el lago o el “Camí de la Creu d’en Riba”, que sube hasta el mirador más popular del valle, en una ruta con poco desnivel y a apenas 600 metros del Santuario de Núria. Por supuesto, también hay rutas más exigentes para quienes buscan ponerse las botas y subir cimas: la de Núria al Puigmal, emblemático pico de 2.910 metros de altura y que desde el Santuario son casi 1.000 metros de desnivel, o la mencionada ruta de Núria a Queralbs. Los más montañeros pueden lanzarte a la espectacular aventura de “l’Olla de Núria”: son 21 kilómetros con 1.800 metros de desnivel acumulado que haremos en unas 10 horas de marcha. Sin duda, se trata de uno de los destinos ideales para disfrutar de algunas de las mejores rutas de senderismo en Cataluña. Además, si eres una persona apasionada de los deportes de aventura, no puedes perderte Les Gorges de Núria, un lugar fantástico para practicar barranquismo cerca de Barcelona.
- Exposiciones. Dale un toque cultural a tu visita a través del espacio dedicado a muestras en el Centro de Interpretación de Vall de Núria.
- Paseo en barca o canoa. Se ofrecen en el lago de la Vall de Núria en otoño, primavera y verano.
- Minigolf. Hay un pequeño campo de 10 hoyos de diferentes dificultades detrás del edificio Sant Antoni del hotel que abre en verano.
- Circuito de orientación. Para buscar hitos del entorno de Núria, actividad que se puede complementar con guía durante dos o tres horas para aprender a utilizar el mapa y la brújula.
¿Qué hacer en la Vall de Núria en invierno?
La llegada del frío y del invierno quiere decir, en la Vall de Núria, un paisaje todavía más espectacular: el santuario y sus alrededores se cubren de nieve y el estanque queda helado, adquiriendo la estampa completa un toque mágico, de cuento. Es un buen momento para hacer las rutas que hemos señalado anteriormente, tomando las debidas precauciones –hay que informarse de la meteo, ir bien preparados, consultar si algún tramo puede estar impracticable o hacen falta crampones para el hielo, etc.-.
Además, es la época en la que abre la estación de esquí de la Vall de Núria, una de las mejores para esquiar cerca de Barcelona e ir con niños. ¿Por qué? Básicamente porque es muy pequeña, manejable y cómoda.
Tiene 7,6 kilómetros esquiables, en los que hay pistas ideales para comenzar a dar los primeros pasos, pero también retos para los esquiadores veteranos: hay 3 pistas verdes, 3 azules, 3 rojas y 2 negras. Para moverse por ellas, hay cinco remontes (un telecabina, un telesilla, dos telesquís y una cinta transportadora), con capacidad para hasta 4.595 esquiadores por hora.
Casi todo el dominio esquiable (6,6 km) está equipado con cañones de fabricación de nieve artificial (hay 90), para asegurar las buenas condiciones de las pistas, incluso cuando la meteorología no acompaña. En todo caso, las pistas están a una altura que garantiza que el estado de la nieve sea más que bueno durante la temporada de esquí: la cota mínima está a 1.964 metros, y la máxima, a 2.252 metros, lo cual nos indica que es uno de los mejores lugares para disfrutar de la nieve en España.
Además, la estación de esquí de la Vall de Núria tiene tres pistas de trineos que serán la delicia de los peques; cinco circuitos para recorrer con raquetas de nieve, para descubrir el entorno del valle a otra velocidad y con una belleza incomparable; un boardercross, para los amantes del snowboard; y un parque lúdico que ya hemos visto antes.
La estación de esquí de la Vall de Núria está gestionada por Turisme i Muntanya de la empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) y tiene la Q de calidad, un reconocimiento que concede el Instituto para la Calidad Turística. Marcó el inicio de los deportes de montaña y nieve en Cataluña a comienzos del siglo XX, cuando se hicieron por primera vez travesías con esquís de Ulldeter a Núria y de Núria a La Molina.
Originalmente los amantes del esquí subían a pie desde Queralbs y, una vez en el valle, remontaban las montañas por su propio pie. Primero llegaría el telesquí del Santuario y el telesilla del Pic de l’Àguila, en 1947, y después llegaría el telesquí del Bosc (o de la Pala) en 1961.
Dónde dormir en la Vall de Núria
Para dormir en la Vall de Núria tenemos dos opciones: alojarnos en un pueblo de los alrededores e ir y volver el mismo día al lago, o hacer noche directamente en el impactante entorno natural del Santuario.
- Alojamientos en la Valle de Núria. Tenemos varias posibilidades para dormir en un lugar en plena naturaleza, a donde no se puede llegar en coche, a 2.000 metros de altitud: el hotel de la Vall de Núria, junto al lago y el Santuario y que alberga diferentes restaurantes; los apartamentos de Vall de Núria, para los que buscan cocina totalmente equipada; el albergue Pic de l’Àliga, al que solo se puede acceder con el teleférico del valle o a pie; o en la zona de acampada controlada, área con baños y duchas de agua fría donde se puede pernoctar un máximo de dos noches y solo abierta durante los meses de verano.
- Dormir en pueblos cerca de la Vall de Núria. Los más cercanos, con un encanto especial y con acceso directo al tren cremallera son: Queralbs, pueblo pequeño y tranquilo con callejuelas empedradas en la Vall de Ribes; y Ribes de Freser, un poco más grande y con más servicios.