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¿Qué es el rafting?
El rafting, considerado como un ‘deporte de riesgo’ o actividad de aventura, consiste en descender sobre el cauce de un río a bordo de una embarcación de tipo balsa, generalmente de goma, acompañado de un número limitado de personas y de un instructor profesional.
Cabe destacar que es una actividad que tiene una gran aceptación dentro del ámbito turístico y que ha ido granjeando adeptos con el paso de los años debido a que está dirigido a todo tipo de públicos y supone al mismo tiempo un gran subidón de adrenalina.
Algunos consejos de seguridad
Sin embargo, como ocurre con cualquier otro deporte de aventura, es necesario tener en cuenta una serie de aspectos que os vamos a describir a continuación con el objetivo de que podamos disfrutar del rafting con total seguridad y asegurar el correcto desarrollo de la actividad.
Consejo 1. El Equipo: El equipo tiene que estar en perfecto estado. Tenemos que asegurarnos que el chaleco salvavidas nos protege toda la parte de la espalda y de los hombros y que su índice de flotabilidad es el adecuado. También es esencial cerciorarnos que el casco sea sólido y quede bien ajustado a nuestra cabeza.
Consejo 2. El Físico: Aunque no requiera de unas óptimas condiciones físicas, si precisa un mínimo nivel de forma. Toda aquella persona que quiera practicar rafting tiene que con unas buenas condiciones físicas, que le permitan moverse con facilidad y tomar decisiones con rapidez. También es importante que sepa nadar.
Consejo 3. La Atención: Estar en constante atención y comunicación es condición sine qua non. El rafting es un deporte que siempre tendremos que realizar de forma grupal. Y debido a que hay situaciones límites que no podemos controlar, hay que estar siempre atentos a las quejas y peticiones de tanto el resto de tripulantes como del propio instructor.
Graduación del rafting
A pesar de que el rafting es un deporte que pueden practicar tanto niños, jóvenes como personas de una edad más adulta en multitud de parajes de España, sí que existen ciertos niveles de graduación que tienen que ver con la dificultad de los obstáculos y el desnivel del río. Desde el grado I al III, podemos decir que está dirigido a un público más principiante, donde los rápidos no son demasiado violentos.
A partir del grado IV hasta el VI (el máximo) nos encontraremos con obstáculos más complejos junto a pendientes y desniveles muy pronunciados y donde hay que estar preparado tanto física como mentalmente a la hora de ayudar a cualquier tripulante.
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