¿Te imaginas dormir en medio de la montaña, viendo el resplandor de la luna reflejado en la montaña, rodeado del tupido silencio de la naturaleza y bajo un manto de estrellas? Esquiar en Formigal, en pleno Pirineo Aragonés, nunca había sido tan especial.
No te proponemos hacer vivac ni coger la tienda de campaña, sino disfrutar de todo ese encanto salvaje de las noches pirenaicas con todas las comodidades en las peculiares Mugas de Formigal.
Nos adentramos en unos peculiares alojamientos que nos permiten vivir una experiencia exclusiva en el dominio de la estación de esquí de Formigal-Panticosa, con impresionantes vistas de las montañas nevadas de los Pirineos desde la cama y a pie de pistas.
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¿Qué son las Mugas de Formigal?
Las Mugas de Formigal-Panticosa son alojamientos, pero son mucho más que eso. Son espacios exclusivos en los que vivir una experiencia única y completa en medio de la montaña, con una gastronomía especial elaborada por chefs y con una aproximación que es toda una aventura para los amantes de los deportes de nieve.
Estos espacios están a 1.800 metros de altitud, en un entorno inmejorable para dejarse llevar por ese halo mágico que tiene la noche en los Pirineos. Tienen una gran cristalera enfrente de la cama, por lo que desde la calidez del alojamiento y de la cama podrás contemplar la inmensidad de las montañas nevadas y sentir cómo te rozan la cara los primeros rayos de sol del día.
Las Mugas son una especie de “hoteles iglú” de diseño que tienen unos 35 metros cuadrados y una decoración y mobiliario de estilo nórdico, donde predomina la madera. En su interior hay estufas de pellets en las que la llama aportará un extra de calidez y armonía al paisaje, servicio de habitación las 24 horas y nevera surtida.
La palabra “muga”, que viene del aragonés (por un préstamo lingüístico del euskera), significa “paso” o “frontera”, un nombre muy apropiado por su ubicación fronteriza. Estos pequeños hoteles presumen, además, de tener un bajo impacto medioambiental, ya que están instalados sobre estructuras que no tienen cimentaciones ni hormigonados y sin totalmente desmontables.
Al ser alojamientos pequeños, se permite un máximo de dos adultos. Se pueden añadir dos niños, ya que cuentan con un altillo con un par de camas pequeñas, aunque para poder realizar la experiencia se exige que tengan al menos 9 años. Siempre debe haber, como mínimo, un adulto mayor de 18 años para pernoctar en una muga. Estos domos tienen todas las comodidades, así que cuentan con baño particular.
No nos vamos a engañar: dormir en Las Mugas de Formigal no es un chollo. Si hablamos desde el punto de vista económico, la experiencia completa para dos personas en estos alojamientos está alrededor de los 500 euros. No es, por tanto, la opción más barata que tenemos para pernoctar cerca de las pistas de esquí, pero sí la más especial. Sin embargo, no deja de ser una de las actividades de invierno más conocidas en Formigal.
Cómo llegar a las Mugas de Formigal
Dormir en Las Mugas, como decíamos, es mucho más que solo eso: es toda una experiencia. El simple hecho de llegar a ellas ya es una aventura. No podemos ir en coche, ya que no llega ninguna carretera hasta la zona. Eso es lo que permite que estos alojamientos estén en un entorno tan mágico, aislado, silencioso, en medio de la naturaleza.
Por tanto, únicamente podemos acercarnos a Las Mugas de Formigal andando (en invierno, con raquetas de nieve), esquiando o a bordo de una máquina Ratrack (las famosas pisa-nieves de la estación); estas máquinas son, además, las que llevan el equipaje hasta el alojamiento. La elección del transporte dependerá también del parte de nieve en Formigal y el estado de las pistas de la estación.
Así es la experiencia de Las Mugas de Formigal
Una jornada en Las Mugas de Formigal la recordaréis siempre. Dura prácticamente un día: comenzaremos a las 15.30h en la Oficina de Atención al Cliente de Anayet para hacer el “check-in”, aunque los viernes también es posible hacer “late chek-in” las 19h. A las 17.30h se recoge a los clientes que decidan ir con su equipaje, material y mochilas en una máquina Ratrack; por el contrario, quien prefiera ir esquiando y por su cuenta a la zona de Mugas, podrán hacerlo a partir de las 16h, dejando antes el equipaje en dicha oficina.
A las 20.30h se sirve una cena gourmet de “kilómetro cero” en la muga central, conocida como La Borbolla. Es un gran ejemplo de cocina tradicional reinventada con productos autóctonos del Valle de Tena: desde platos de siempre de la zona, típicos de los pastores como las sopas de ajo y las torrijas, hasta la trucha y la churra tensina.
A las 8.30h es el momento de desayunar en la misma muga central. Como la cena, también es especial y con productos de proximidad. La experiencia concluye con una excursión que sale hacia las 9h con raquetas de nieve y que acaba en las inmediaciones del edificio Anayet, donde se recoge el equipaje.
Quienes no quieran hacer la ruta caminando pueden bajan con el Telesilla Culivillas o esquiando; en estos casos, la hora máxima de salida de los alojamientos es a las 9.30h. Hay que decir que, si dormís en Las Mugas de Formigal, ¡seréis los primeros que pisaréis la nieve de las pistas de esquí!
Si no esquías en Formigal, ten en cuenta que la experiencia de Las Mugas de Formigal se puede completar con un circuito con guías con raquetas de nieve hasta el Ibón de Culivillas. Una excursión con raquetas popular con paisajes mágicos y con unas explicaciones sobre topografía, historia y ecología del Valle de Tena que te ayudarán a conocer mejor el entorno que te rodea.
Los guías también enseñan a los participantes formas de vida autosuficiente, técnicas de supervivencia, cómo se orientan los pastores por la noche, qué métodos se empleaban antaño para hacer fuego, qué animales salvajes hay en la zona, el uso que le daban los contrabandistas a las fronteras y otros secretos que esconden las montañas de Formigal-Panticosa.
Todo lo que te espera en Formigal-Panticosa
Solo el hecho de dormir en Las Mugas de Formigal ya merece la pena una escapada a esta estación de esquí. Si todavía no conoces este templo del deporte de nieve en el corazón del Pirineo Aragonés, te hacemos un resumen: su dominio esquiable es enorme, llegando a los 182 kilómetros.
En ellos, podemos divertirnos por hasta 147 pistas con diferentes niveles de dificultad, aunque predominan las más complicadas, por lo que es un buen destino para esquiadores con nivel medio y avanzando: hay 11 pistas verdes, 38 azules, 52 rojas y 41 negras. Además, hay 5 itinerarios. Puedes comprobar aquí las webcams en Formigal para ver el estado de toda la estación.
Formigal-Panticosa es la unión de dos estaciones de esquí, por las que podemos movernos en el famoso skibus de Formigal. La cota mínima está a 1.145 metros y, la máxima, a 2.265 metros de altitud.
Por otro lado, podemos disfrutar de otras muchas experiencias complementarias al esquí, como la de Las Mugas: las Noches de la Glera, cenas exclusivas en una pequeña cabaña en la nieve con cocina típica de alta montaña; el mejor après-ski en Marchica; cenas exquisitas italianas en un restaurante (Trattoria Cantal) con descenso en tobogganing; el paraíso invernal para peques que es Nieve Aventura, con todo tipo de juegos o el Petrosos Park, una zona de actividades para familias; o las pistas especiales de la estación, como el Terrain Park, para practicar freestyle.