Si paseas por algunas de las montañas del Pirineo, no te sorprendas al topar con un telesilla que hace tiempo que no remonta a ningún esquiador. Escondidos en el bosque permanecen los restos de lo que un día fueran estaciones de esquí. Estas son las estaciones de esquí fantasma del Pirineo catalán.
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Llesuí, más de 23 años sin vida
Una de las estaciones fantasma más míticas de nuestros Pirineos es la de Llessuí, que se cerró hace más de 23 años. No hay intenciones de reabrir la estación, y sus antiguas instalaciones ya son solo hogar de algunos animales. Es por eso, que el antiguo personal de la estación aboga por la retirada de esos edificios y telesillas, reducidos a las ruinas.
En ocasiones se acumulan grandes cantidades de nieve virgen en esas silenciosas valles y algunos amantes de la montaña se acercan para esquiar bajo las sillas abandonadas.
Al parecer, fueron diversas las causas que llevaron al cierre a Llessuí. Aparentemente, las pistas estaban mal orientadas, y por lo tanto el viento se llevaba la nieve. Esto junto a la mala gestión de sus últimos años de vida, acabó con la estación pirenaica 20 años después de su inauguración.
La Tuca, una muerte prematura
En la bella Val d’Aran podrías topar con el óxido de La Tuca, en el Pirineo leridano. La estación permaneció abierta tan solo 15 años y desapareció por problemas económicos. Afortunadamente, la mayoría de sus abandonadas instalaciones ya han sido retiradas, pero algunas permanecen en la montaña.
Durante un tiempo hubo rumores de su reapertura. Recientemente, se creó un proyecto junto con Baqueira-Beret para reabrir La Tuca aunque, esta vez, como «Parque de verano». Parece que de momento es tan solo un proyecto.
Filià, la estación nonata en el Pallars
Pero si un día encuentras una estación abandonada, mayor será tu sorpresa si esta nunca llegó a funcionar. Este es el caso de Filià, en el Pallars Jussà, que se construyó para nunca abrir sus puertas. La inversión fuera en su momento de 12 millones de euros y el ayuntamiento sigue esperando el poder encontrar a algún inversor que permita seguir con las obras adelante. De momento eso parece tan solo un sueño.