Si después de hacer varios viajes de esquí con material alquilado has decidido comprar, por fin, tu propio equipo de esquí, o si estás revisando lo que tienes y crees que hay cosas que merecen una renovación, te vamos a dar unos consejos para que aciertes en la elección de tus botas de esquí, así como informarte sobre como elegir y comprar esquís para disponer del equipo completo.
Ten en cuenta que las características de las botas de esquí de hombre y de las botas de esquí de mujer son diferentes, ya que las diferentes constituciones aconsejan una dureza u otra.
También cambiará la compra de unas botas ski en función de si somos principiantes o veteranos en el mundo de la nieve, o si practicamos sobre todo esquí alpino o somos más de esquí de montaña. Ten en cuenta que es tan importante elegir unas botas de esquí que se adapten a tu cuerpo, como guardar el equipo de esquí de forma correcta para ayudar a un buen mantenimiento.
Te ayudamos con tu compra de botas de esquí analizando cada aspecto al detalle. Con esta información podrás decidir si prefieres alquilar o comprar el material de esquí.
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Botas de esquí de hombre (alpino)
Las botas de esquí de hombre tienden a tener una caña (la parte superior de la bota) más alta que la de las mujeres. Un aspecto esencial en el que tienes que fijarte al comprar botas de esquí es en el flex. Se trata de la flexión o rigidez que tiene el botín y que se mide con una escala que va del 60 al 150.
¿Y qué flex en las botas de esquí conviene elegir? Depende, fundamentalmente, de la habilidad que tengas sobre los esquís y de tu forma física. También influye la constitución física del esquiador: los más corpulentos, deberían elegir un índice de flexión superior. Detallamos a continuación los diferentes niveles de flex de las botas para hombres:
- Principiantes. Se recomienda un flex en las botas de esquí de entre 60 y 90, para tener una sensación suave en las pistas.
- Nivel intermedio. Si has dejado atrás tu época de debutante, opta por un índice de flexión que esté entre 90 y 110.
- Avanzado. Si te mueves como pez en el agua sobre la nieve, atrévete a apostar por un flex de 110 o mayor.
- Competidores de alto nivel. Las élites deportivas del esquí son quienes emplean las botas con la mayor rigidez, entre 140 y 150, que no son habituales en las tiendas convencionales.
Botas de esquí de mujer (alpino)
En el caso de las botas de esquí de mujer, presentan una caña más baja que la de los hombres y tiende a ensancharse en la parte superior. Así, logran una forma que hace que se adapte más fácilmente a la pantorrilla de ellas.
Además, las mujeres suelen ser más sensibles al frío, lo que hace que las botas pensadas específicamente para este público sean más cálidas. Asimismo, suelen ser más ligeras y tienen hormas proporcionalmente más anchas que las de hombre. Así es el flex de las botas de esquí que se recomienda para las mujeres esquiadoras:
- Principiantes. Las mujeres que están empezando a moverse sobre la nieve deberían elegir una dureza de las botas de esquí baja, entre 60 y 70.
- Nivel intermedio. En este caso, apuesta por incrementar el flex de la bota de esquí: entre 70 y 90.
- Avanzado. Las esquiadoras de buen nivel deberían comprar botas de esquí con un índice de flexión de 90 o superior. Por encima de este rango se mueven también las esquiadoras de elite.
Hay que recordar que no existe una norma oficial que estandarice el índice de rigidez de las botas de esquí, así que puede cambiar según la marca. En todo caso, siempre se puede ajustar la dureza de las botas apretando o aflojando la correa superior.
Otros factores a tener en cuenta: longitud y anchura
Además de la dureza de las botas de ski, es importante elegir bien la talla. Es la mejor garantía de que al poco rato de comenzar a esquiar no empecemos a tener molestas rozaduras que pueden acabar amargándonos una jornada en la nieve.
A la hora de escoger correctamente la talla de las botas de esquí, hay que hacerlo con tiempo y sin prisas. No vale con hacer una conversión del tallaje que usamos en el calzado diario, porque en este caso, se mide de forma diferente y acertar en unas botas que se ajusten bien puede ser la diferencia entre pasarlo bien en la nieve o tener alguna lesión. Así que tómatelo en serio.
Hay un estándar universal en las tallas de las botas de esquí llamado Mondo Point. Algunas tiendas de esquí tienen incluso medidor de pie ajustado a este criterio, pero por si acaso no lo hay, te explicamos cómo saber tu talla:
- Coloca tu pie descalzo encima de una hoja de papel.
- Marca sobre el papel hasta dónde llega el extremo de tu dedo más largo y la parte más trasera de tu talón.
- Para acabar, mide la distancia entre ambos puntos.
Tu número de Mondo Point es el redondeo hacia el número entero o medio más cercano. Es decir, si sale 24,15 cm, tendremos un 24; si mide 24,44, optaremos por un 25. En todo caso, los esquiadores con pies estrechos y aquellos que quieran avanzar en su rendimiento, deberían redondear siempre hacia abajo. Si te pasas de talla pensando que así serán más cómodas las botas de esquí, piensa que el talón no quedará tan fijo, lo que incrementará el riesgo de lesiones.
Por otro lado, hay que tener en cuenta también la anchura u horma a la hora de elegir qué botas de esquí comprar. Para conocer la nuestra, hay que medir el tercio anterior del pie, es decir, la parte más ancha.
Te puedes ayudar dibujando el contorno de tu pie en un papel. Una vez que tengamos la medida, estas son las anchuras recomendables para las botas de esquí en base al nivel de precisión que quieras en pistas (cuanto más estrechas sean, más control de los esquís):
- 92 milímetros. Es la más estrecha, recomendable solo para los esquiadores y esquiadoras que compiten.
- 96-98 milímetros. Son estrechas, para quienes son veteranos y prefieren más precisión que comodidad.
- 100 milímetros. Es la anchura media que se adapta a la mayoría de esquiadores y esquiadoras.
- 102 milímetros. Es una horma indicada para pies anchos.
- 104 milímetros. Se aconseja solo para aquellas personas con pies muy anchos.
Botas de esquí de travesía y esquí de fondo
Unas botas de esquí de montaña no pueden ser iguales que las que empleamos en pistas, ya que, debido a las diferentes modalidades de esquí la actividad física es diferente. En este caso, deben ser más ligeras porque las usaremos en ascenso; pero, al mismo tiempo, necesitamos unas prestaciones similares a las botas de alpino para los descensos.
Y, por si fuera poco, deben parecerse a unas botas de alpinismo convencionales para los momentos en los que hay que progresar sin tablas ni esquís.
Aunque parece difícil tenerlo todo, en la actualidad existe. Las botas de esquí de montaña actuales permiten desbloquear la caña para que sea más fácil caminar con los esquís paralelos.
También tienen una suela de goma con tacón para acercarse a las prestaciones de unas botas de montaña. Además, presentan una curvatura (rocker) ideal para facilitar el paso.
A la hora de elegir botas de esquí de montaña, los pasos son similares a los que seguimos para comprar unas de esquí alpino: hay que fijarse en el peso, el paso (la zancada) y talla y horma. Si vas a alternar bastante esquí de travesía, esquí alpino o esquí de fondo, debes saber que existen botas polivalentes que se ajustan a ambos usos.