El pueblo de Cerler es una auténtica joya enclavada en medio de las montañas y que es conocido por su atractivo invernal, ya que está a las faldas de los 79 kilómetros de pistas de la estación de esquí de Aramon y son muchas las personas que reservan un paquete de hotel más forfait en Cerler. Se trata de la estación más alta para esquiar en el Pirineo aragonés. Ahora bien, la belleza de sus paisajes, su historia, su encantadora arquitectura y su deliciosa y contundente gastronomía hace que Cerler pueblo sea de visita obligada todo el año.
Hoy viajamos al corazón de los Pirineos, concretamente al valle de Benasque, para visitar un pueblo de ensueño. ¿Qué podemos ver y hacer en Cerler?
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¿Dónde está Cerler pueblo?
El pueblo de Cerler está en la comarca de La Ribagorza, en la provincia de Huesca. No tiene ayuntamiento propio, sino que pertenece al municipio de Benasque, muy conocido por ser algo así como el «campo base» de picos emblemáticos como el Aneto y el Posets, y con mucho ambiente montañero.
Cerler está a 1.540 metros de altitud, por lo que está considerado el pueblo más alto del Pirineo Aragonés. La estación de esquí devolvió mucha vida y movimiento a sus calles a partir de los años 70 del siglo XX.
Para llegar a Cerler, tendremos que ir desde Benasque, en dirección a la presa de Senarta. Bastante antes de llegar, en una rotonda ya encontraremos las indicaciones para ir a Cerler pueblo. Pasaremos por una carretera de curvas, por el precioso mirador de Benasque, hasta alcanzar finalmente sus bonitas calles empedradas. Son menos de 7 kilómetros en coche.
Si nos alojamos en Benasque y queremos ir a Cerler, otra buena opción es hacerlo caminando. Son unos 6 kilómetros de distancia con casi 400 metros de desnivel positivo que recorreremos en unas dos horas y media (solo ida). Tomaremos el Camino antiguo de Benasque a Cerler, por un sendero en ascenso constante que parte poco antes del puesto de bomberos, cogiendo un sendero que arranca a la derecha.
Como curiosidad, te contaremos que los primeros esquiadores de Cerler (antes de que existiera la estación de esquí como tal) tenían que subir andando y hacían noche en las casas del pueblo; en caso de sufrir algún accidente, eran bajados hasta Benasque en mulas.
¿Qué ver y hacer en Cerler?
Cerler es historia viva de lo rural y de la vida en la montaña. Estas son nuestras propuestas para hacer en tu escapada a Cerler pueblo:
- Pasear por sus calles. El pueblo de Cerler no es muy grande, así que no te pierdas ninguno de sus rincones con aroma tradicional. El núcleo urbano se articula alrededor de la parroquia de San Lorenzo, con un casco antiguo que preserva la arquitectura del valle de Benasque: las casas están hechas con piedra, forja, pizarra y madera; también hay una zona más moderna, con hoteles y apartamentos, que nos llevan hasta la base de las pistas de esquí. También podemos visitar la ermita de San Pedro, muy sencilla, en la parte alta del pueblo de Cerler y desde donde tendremos una impresionante panorámica del entorno, de Benasque a Castejón de Sos y el valle del Ésera. Otro punto de interés es el lavadero, construido en 1934, y que hoy está completamente restaurado y nos recuerda el importante papel social que tuvo en la vida del pueblo de Cerler. Es, sin duda, una de las cosas que hacer en el Pirineo Aragonés que más recomendamos.
- Visitar las casas tradicionales de Cerler. No podéis dejar de entrar en la Casa Cornel, el edificio más antiguo de Cerler pueblo, que data del siglo XII y que pertenece a una familia centenaria de valle que ha contado con personajes relevantes, como obispos, militares y ministros; hoy es un hotel con encanto que conserva la típica estructura de casa-patio, con una planta baja protegida por un pórtico que da acceso a un patio interior descubierto. Otras casas relevantes de Cerler son la Casa Santamaría y la Casa Antondós. ¡Ah! Y si viajáis con niños, una visita obligatoria es ver la Casa del Ratoncito Pérez. Sí, has leído bien: en Cerler hay una vivienda minúscula en la que vive este ser que vela por la salud bucodental de los peques con puerta, un buzón para dientes y un pequeño jardín.
- Ruta de las Tres Cascadas. Si queréis hacer una excursión de senderismo sin mucha complicación, apta para toda la familia, esta es la más popular de Cerler pueblo (sale del mismo casco urbano). Sin duda, se trata de una de las mejores actividades para hacer con niños en el Pirineo aragonés. Es un itinerario circular de unos 6,5 kilómetros y 350 metros de desnivel entre cascadas, valles y montañas. Pasa por la ermita de San Pedro Mártir y por tres cascadas espectaculares: la Cascada de Ardonés -también conocida como Cascada del Born o Cascada del Boom-, la más impresionante y que se cruza a través de una pasarela metálica; la Cascada de El Clotet, con menos agua; y la Cascada de la Mascarada, que a veces va seca en verano. Acaba la ruta volviendo a Cerler pueblo por las Terrazas de Paluenga, un cómodo paseo por zonas de pastura de ganado. La ruta nos llevará unas dos horas y media con calma.
- Degustar la gastronomía de alta montaña de Cerler. En todo buen viaje a Cerler no puede faltar disfrutar de los platos de las cocinas locales. En este caso, los restaurantes de Cerler pueblo y alrededores nos traen algunos tan contundentes como estofados de carne de caza, olla benasquesa -coles o judías verdes con patatas, tocino, longaniza, jamón y costilla de cerdo-, setas y trufas.
En los alrededores de Cerler pueblo
Cerler pueblo no destaca solo por las joyas que nos ofrece en su coqueto núcleo urbano, sino por todos los tesoros que podemos descubrir en sus alrededores y que están a tiro de piedra.
- Anciles. No dejéis de visitar una de las aldeas más encantadoras y bonitas del Pirineo Aragonés, que durante años ha sido bastante desconocida. Nos sorprenderán sus casonas de piedra y tejados de pizarra, así como su iglesia de San Pedro, con una torre con tejado que acaba en punta.
- Sos. Un pueblo que está considerado de los más bonitos de España, ubicado en una pequeña cubeta de origen glaciar. Está al lado de uno de los miradores más impresionantes que hay del valle de Benasque.
- Sahún. Bonito pueblo que mantiene el entramado original de callejuelas que se iban adaptando al desnivel del terreno. Muy tranquilo y poco masificado.
- Benasque. El municipio al que pertenece el pueblo de Cerler es de visita obligatoria. Primero, porque tienes que pasar por él para llegar a Cerler; segundo, porque pasear por sus calles merece mucho la pena. Su núcleo urbano conserva casonas de piedra del siglo XVI y una joya románica: la iglesia de Santa María, del siglo XIII. Además, hay una vida bastante animada en bares y restaurantes y tiendas con productos deportivos de montaña.
- Glaciares del Parque Natural Posets-Maladeta. Hay más de un centenar de ibones (lagos de alta montaña), que son los glaciares más meridionales de Europa. Algunos de los más conocidos son el del Maladeta, Posets y Perdiguero.
- ¡Esquiar! Por supuesto, no podemos dejar de mencionar la estación de esquí de Cerler, con 80 kilómetros esquiables y 72 pistas con diferentes niveles de dificultad, para todos los públicos (10 verdes, 19 azules, 27 rojas, 16 negras, un itinerario, un snowpark y un circuito de nieve). Para aquellas personas que quieran esquiar por los alrrededores, pueden visitar la estación de esquí de Formigal, o bien, esquiar en Astún-Candanchú. Además, en verano también abren el Telesilla El Molino para acercarte la montaña y se ofrecen actividades de lo más variadas para disfrutar de los meses estivales, como barranquismo en Huesca, rafting por los cinco mejores ríos o piragüismo.