Si eres de alma libre, seguramente te agobiarás rápido en las pistas balizadas de las estaciones de esquí. Lo tuyo es el fuera de pistas o lo que llamados freeride o esquí de montaña (también conocido con su abreviatura skimo), una de las modalidades de esquí más atrevidas. Eso sí, cuando esquías por terrenos salvajes debes tener en cuenta que hay más riesgos, por lo que debes tener un nivel avanzado sobre los esquís y tener un buen conocimiento de la nieve, saber identificarla y progresar sobre ella en diferentes condiciones: nieve polvo, hielo, pisada, etc. Si te estás iniciando o tienes ya experiencia en el fuera de pista y quieres elegir y comprar esquís o crees que ha llegado el momento de renovar el que tienes, te hemos preparado un artículo para orientarte a la hora de elegir unos esquís de freeride para tu próximo viaje de esquí.
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El rocker, esencial en los esquís de freeride
Si hay una cosa importante en los skis de freeride es el “rocker”. Si acabas de llegar a este mundillo, te explicamos lo que es. Al ponerte unos esquís normales de pistas, con superficie plana, entran en contacto con la nieve tanto la espátula como la cola. En cambio, la parte del patín no la toca, un perfil que se conoce como “arco”.
La gran revolución de los esquís de freeride llegó con la aportación del perfil “rocker”, que hace que los puntos que están en contacto con la nieve se encuentren más próximos a la fijación, es decir, hacia el centro del esquí, al tiempo que la espátula se va levantando paulatinamente. Este rocker también se puede encontrar en los skis de freeride en la parte trasera, lo que se conoce como “cola rocker”.
El rocker ofrece una mayor sensación de flotabilidad sobre la nieve en polvo y también ayudar a amortiguar los baches y otros obstáculos que nos podemos encontrar en terreno salvaje.
Tipos de esquís de freeride
Si quieres hacerte con unos skis de freeride, primero debes preguntarte qué uso le piensas dar: ¿Prácticamente solo vas a terrenos salvajes de nieve virgen, combinas mucho con esquí en pistas o básicamente solo vas a estaciones de esquí, pero quieres hacer alguna excursión de skimo?
Teniendo claras tus necesidades, aquí te dejamos los tres tipos de esquís de freeride que podemos encontrar y las características de cada uno de ellos:
- Esquís versátiles. Son apropiados para los que no quieren elegir y hacen de todo un poco: esquí de montaña y también en pistas. No serán perfectos en ningún caso, pero ofrecen un resultado más que digno en ambas situaciones. Estos esquís de freeride tienen un ancho del patín entre 90 y 100 mm y un rocker prominente en la espátula, pero no en la cola. Los que tienen entre 100 y 110 mm están más orientados al freeride y a la nieve más profunda, ideal si eres de los que no se pierde una escapada en cuanto cae una nueva nevada.
- Esquís gruesos. Los que buscáis escapadas salvajes por la montaña, aventuras de esas de las que presumir luego con los colegas, deberíais optar por un ancho mayor del patín que garantice más flotabilidad. Es lo que se conoce como esquís gruesos o esquís anchos. Tienen una doble espátula muy marcada, aunque hay algunos con arco tradicional.
- Free Touring. El llamado esquí de touring es un deporte invernal en el que se emplean medios propios y se baja esquiando fuera de los dominios de las estaciones de esquí; los esquís de free touring son una mezcla entre touring y freeride, con el uso de pieles en las subidas. En este caso, los esquís de freeride más recomendables deben tener un ancho del patín de entre 95 y 105 mm y rocker en la espátula, para garantizar esa flotabilidad. Al tener un tamaño algo más reducido, son más ligeros que los esquís puros de freeride para bajar dándolo todo. Este tipo de esquís de freeride se caracterizan, sobre todo, por emplear unas fijaciones que permiten caminar liberando el talón para facilitar el ascenso a la montaña.
La longitud de los esquís de freeride
Además de la anchura de los esquís de freeride, también es importante la talla o la longitud de los mismos. Por norma general, cogeremos nuestra altura como guía y le añadiremos entre 5 y 10 cm, una medida que favorece la flotación sobre la nieve en polvo, al tiempo que garantiza una buena estabilidad si cogemos gran velocidad. Son bastante largos, pero la inclinación del rocker ayuda a mejorar la manejabilidad.
¿Eres un esquiador pro y muy experimentado? Ojo, porque tu nivel en pistas es diferente a tu nivel en terreno salvaje: aquí debes saber por dónde bajas, escoger el trayecto en base a tu conocimiento en la nieve, etc.
En definitiva, si eres un crack, puedes elegir unos esquís de freeride que sean 15 cm mayores a tu altura: eso te permitirá hacer giros a gran velocidad en espacios más extensos.
En cambio, los esquís pensados para el free touring deberías escoger unos que tengan 5 cm menos que tu altura. Al ser más cortos, son más ligeros y es más fácil la maniobrabilidad en las subidas y en los descensos.
Por otro lado, hay que decir que el peso también es un factor importante a la hora de elegir los esquís de freeride. En todo caso, cada fabricante cuenta con sus medidas, tallas, etc. Sigue sus instrucciones.
Consejos para practicar freeride
Como te hemos dicho antes, el freeride no tiene nada que ver con el esquí en pistas, que se practica en un entorno trazado y controlado. Si te lanzas a practicar ski en terreno salvaje, te dejamos algunos consejos que te pueden ayudar:
- Ve siempre acompañado a practicar freeride. Es importante ir con alguien que nos pueda echar una mano en caso de tener algún problema y, claro, ¡siempre es más divertido compartir las aventuras! Si no te sientes seguro, no te lo pienses: haz tus primeras escapadas de freeride con un profesor o guía.
- Debes estar en buena forma física. El esquí en pistas fácilmente nos puede traer agujetas al día siguiente, pero el esfuerzo no tiene nada que ver con el skimo: a diferencia del esquí de fondo, aquí no tendrás un remonte que te lleve hasta una cima o un collado, tendrás que ascender por tus propios medios y llegar hasta el destino con la energía suficiente como para bajar en buenas condiciones físicas, controlando bien los esquís.
- Lleva un material adecuado. Eso implica llevar unas buenas botas de esquí y unos esquís de freeride específicos con unas fijaciones que agarren bien, además de un buen equipo de esquí, como la ropa técnica (usa la técnica de “las tres capas”) y protección para los ojos. Por supuesto, en este apartado no podemos olvidar llevar tres elementos fundamentales en el freeride: ARVA, sonda, pala y, a ser posible, mochila ABS. Ahora bien, ¡de nada sirve llevar un material potente si no sabemos utilizarlo! Ponlo en práctica antes de tus escapadas.
Otros tipos de esquís
Si estás valorando la opción de comprar otros esquís que no sean de freeride, aquí te dejamos guías para otros tipos de tabla que te pueden interesar:
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