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Esquí de travesía: qué es y cómo elegir esquís

Nos gusta el ambiente de las estaciones de esquí y de las pistas, hacer una parada en una terracita a tomar algo… pero también nos apasiona coger los esquís de travesía y hacer aventuras por terrenos nevados vírgenes, no balizados, explorando rincones impresionantes de naturaleza salvaje ya sea si viajas con amigos o vas a esquiar en pareja. ¿Te atreves ha hacer un viaje de esquí de este tipo?

Hablamos, por supuesto, del esquí de travesía o esquí de montaña, también conocido como Skimo. Se trata de una modalidad del ski que se ha popularizado mucho en los últimos tiempos entre los amantes de los deportes de nieve, aunque lo cierto es que es el esquí más primitivo.

Y es que en una época sin coches, trenes ni aviones, y viviendo en parajes que quedaban completamente cubiertos de nieve en invierno, era la forma de desplazamiento habituales de las personas de las culturas nórdicas y de montaña, como los pastores escandinavos que debían recorrer distancias considerablemente grandes para encontrar pastos para el ganado.

¿Quieres conocer más sobre el esquí de travesía? ¿Qué es, qué tipos hay, si existen unos esquís específicos para esta práctica invernal? Como sabemos existen muchas modalidades de esquí, desde esquí de fondo hasta el alpino, por ello, te lo explicamos todo en este artículo.

¿Qué es el esquí de travesía o montaña?

El esquí de travesía es, a grandes rasgos, un trekking sobre nieve. Se trata, en definitiva, de subir una montaña caminando y bajarla esquiando. Pero, ¿cómo podemos subir una montaña con esquís, que están ideados básicamente para descender?

Tienen un truco: las tablas de los esquís de travesía van provistas con unas pieles de foca que se adhieren en la parte inferior de las palas, evitando así que deslicen. De esta manera, se puede caminar sobre cualquier tipo de nieve sin problemas, ya sea nieve polvo o nieve primavera. Una vez se alcanza el pico o el collado elegido, se retiran las pieles y el descenso se hace como ya sabemos: esquiando.

Como norma general, los deportistas llegan hasta el esquí de travesía después de conocer y practicar el esquí alpino, es decir, el esquí en pistas de toda la vida. De hecho, los deportistas que llegan hasta el esquí de travesía desde el senderismo o el alpinismo, también pasan por pista para aprender a esquiar.

Piensa que es más fácil ponerte las botas por primera vez y aprender todos los trucos necesarios para desplazarte sobre los esquís, frenar, hacer la cuña, etc., en un entorno seguro y controlado como son las estaciones de esquí.

¿Quién puede hacer esquí de travesía o skimo?

esquí de travesía

Esta disciplina de montaña requiere un nivel medio-alto de esquí como mínimo, así que siempre deberíamos pasar antes, como decíamos, por el esquí alpino. Piensa que en el esquí de travesía no se trata únicamente de saber bajar una pendiente: el esquiador o esquiadora debe tener una cierta autonomía para decidir dónde quiere subir y qué quiere bajar.

Y para eso no basta únicamente con mirar hacia arriba y señalar el punto que más nos atrae, sino que hay que tener conocimientos profundos sobre el elemento sobre el que nos deslizaremos: la nieve. Así que para disfrutar de este deporte invernal con garantías es importante que hayas tratado y pisado mucho la nieve antes para reconocerla y saber cuál es la más adecuada en cada momento en terreno salvaje.

En las estaciones de esquí te vas a encontrar, casi siempre, nieve pisada y tratada, pero con el esquí de travesía podrás flotar sobre nieve en polvo, esquiar en nieve dura, agarrarte en hielo o pegarte con la nieve costra. Y todo en una misma bajada. Así que hay que saber identificarla y saber progresar sobre cada una de ellas. Además, estas excursiones hay que planificarlas bien para reducir al mínimo posibles imprevistos.

En definitiva, las condiciones del descenso son imprevisibles y un buen esquiador de travesía debe estar preparado y tener capacidad para esquiar cualquiera que sean las condiciones de la nieve, además de saber leerla y decidir por dónde es apropiado subir o bajar y por dónde no. En pistas, todo está balizado y controlado; en terreno libre de montaña, tu criterio y el de tu grupo es esencial, así que debes tener claro que el esquí de travesía es una actividad de riesgo.

Al entrar en terrenos salvajes, en el esquí de travesía también es importante llevar, dentro del equipo de esquí adecuado, tres elementos imprescindibles: arva, pala y sonda. Y no solo tenerlos en la mochila, sino saber utilizarlos.

Además, una mochila equipada con airbag puede ser una buena inversión, ya que puede ser la diferencia entre mantenerte a flote o no en caso de una avalancha. Teniendo esto claro, pasamos a explicarte cómo deben ser los esquís perfectos para practicar el esquí de travesía o esquí de montaña.

Tipos de esquís de travesía

esquí de travesía

Por resumir, existen tres tipos de esquí de travesía: el freeride, el esquí de travesía de competición y el skimo polivalente. Te contamos en qué consiste cada uno de ellos.

En primer lugar, podemos identificar a aquellos esquiadores que, cuando se lanzan a la montaña salvaje, sueñan con los descensos. Busca la emoción y sentir la adrenalina a través de saltos y de surcar la nieve virgen a gran velocidad. Hablamos de los amantes del freeride, a quienes se les recomienda optar por unas palas más anchas que se adapten bien a nieves profundas; eso sí, la nieve con hielo supondrá un reto.

En segundo lugar, mencionaremos a esos esquiadores que piensan más en llegar a la cumbre. Son los que tienen más alma de alpinista, quienes tienen esa actitud de “enfrentarse” a la montaña, de dejarse la piel para hollar una cima soñada, de estar dispuestos a sufrir por lograr un objetivo.

Después, claro, bajan esquiando… a menudo con ciertas dificultades debido al cansancio. Es lo que se conoce como el esquí de travesía de competición. En estos casos, se utilizan esquís más cortos y estrechos que faciliten la ascensión, lo que presenta más complicaciones a la hora de surfear la nieve virgen.

Por último, existe un perfil de esquí de travesía que está a caballo entre ambos y que conocemos como polivalentes. Son esos esquiadores y esquiadoras que disfrutan con todo, tanto con la subida como con la bajada, lo que hace que empleen unos esquís que son híbridos entre el esquí freeride y la travesía de competición. Como ves, lo que diferencia las palas de los esquís es, básicamente, el ancho.

A la hora de elegir y comprar los esquís, tendrás que preguntarte qué es lo que te hace soñar a ti. ¿Eres más de subir y sufrir, de bajar y dejarte llevar por la velocidad, o una mezcla de ambas sensaciones? De una cosa u otra dependerá la anchura, pero también las fijaciones del esquí de travesía o las cuchillas del esquí de travesía.

Esquí de travesía freeride

Si para ti subir no es más que un mal necesario y eres de los que sueñan con las bajadas y con llenarte de nieve polvo hasta las rodillas, ¡lo tuyo es el freeride! Así deberían ser las características de tus tablas de los esquís de travesía:

  • El ancho del patín de unos esquís de travesía tipo freeride deben tener entre 100 y 110 mm para que garanticen una buena flotación sobre la nieve en polvo. Si eres una persona corpulenta y alta o sueles practicar skimo en días con nieve polvo muy profunda, debes optar por patines más anchos. En cambio, la anchura de estos esquís para mujeres es ligeramente inferior.
  • Para elegir el largo de los esquís de freeride, debes basarte en tu altura. Súmale entre 5 y 10 centímetros y tendrás la longitud ideal para ti. Esto aumenta la flotación sobre la nieve en polvo y garantiza una estabilidad a gran velocidad. Los esquiadores experimentados y que buscan hacer giros muy rápidos, pueden sumar hasta 15 cm a su altura.

Pros y contras de los esquís de freeride

Con unas tablas rocker (que tienen mayor superficie de contacto) de estas dimensiones vas a alucinar en esa pala a la que le tienes echado el ojo. Son perfectas para nieves profundas, saltos y con ellos vas a divertirte mucho, muchísimo, bajando.

Le llamamos perfil rocker al que tiene los puntos del esquí en contacto con la nieve más cerca de la fijación (hacia el centro del esquí), al tiempo que la espátula de alza de manera progresiva.

Ahora bien, como punto negativo de estos esquís de travesía hay que decir que si te encuentras con nieves muy duras o hielo, ¡te van a temblar las rodillas! Tampoco podemos olvidar que hay que subirlos. Las prestaciones que ganas para bajar, las pierdes en la subida.

Su mayor tamaño se traduce en mayor peso, que notas en la espalda la parte de la subida que hay que hacer andando. Lo notarás en la maniobrabilidad durante el ascenso con las pieles de foca.

Con la popularidad del esquí de travesía freeride subiendo como la espuma, muchas marcas están empezando a tomar en serio este mercado y están sacando modelos que, aun manteniendo unas buenas dimensiones, están ganando poco a poco en ligereza y capacidad de maniobra.

Modelos sugeridos

Te dejamos un par de sugerencias para quienes optéis por el esquí de montaña freeride:

  • Atomic Backland. Tiene modelos diferenciados para hombre, que van de 102 a 117, y para mujeres, que van de 102 a 109 para mujeres. El peso es importante para el ascenso: ronda entre los 4 kg y los 4,5 kg.
  • Dynafit Dhaulagiri. Consta de una pala de 99 y el peso por esquí es 1,4 kg.

Esquí de travesía de competición

esquí de travesía

¿Eres un alpinista clásico que sueña con llegar a la cumbre? Si eres de los que sueñas que llegar antes que nadie, dejándote la piel para bajar abriendo huella, lo tuyo es el skimo o competición y estas son tus tablas:

  • El patín de las tablas de los esquís de travesía de competición debe estar entre los 65 y los 75 mm.
  • Para facilitar la subida, que es lo que realmente te motiva, necesitas unos esquís ligeros y cortos. Puedes tomar como referencia, de nuevo, tu altura: réstale entre 10 y 15 centímetros y tendrás la longitud ideal de tus esquís de travesía de competición. Eso sí, ten en cuenta que las medidas mínimas en esta disciplina son 1,60 cm para hombres y 1,50 cm para mujeres.

Pros y contras de los esquís de competición

Las tablas que están pensadas para el esquí de travesía de competición se notan, y mucho, en la subida: ¡Te parecerá que vas descalzo! Son muy ligeras porque son pequeñas y eso hace que también sean muy maniobrables. Perfectos cuando los tienes que llevar en la mochila, tanto en aproximación como en zonas de escalada, además de ser cómodos y rápidos en las subidas.

Eso sí, ojo con los descensos. Para bajar con estos esquís hay que saber esquiar y mucho. Si ningún esquí de travesía es apto para debutantes, esta modalidad todavía menos. Y es que si la nieve es dura o incluso si hay hielo, son tablas que agarran bien; en cambio, si la nieve es blanda o profunda, ahí vas a tener que apañártelas.

Ten en cuenta también que estos esquís ligeros no llevan bien el exceso de kilómetros, así que el mantenimiento de los esquís es muy importante y probablemente tengasque renovarlos con frecuencia. Esto es importante por lo que afecta a tu bolsillo.

Modelos sugeridos
¿Qué modelos existen de esquís de travesía de competición? Son muchas las marcas que los fabrican en la actualidad, aquí te dejamos un par de sugerencias:

  • Salomon S-Lab Minim. Tiene una pala de 68, una talla que es única para hombre y mujeres. Ligero como el viento, tan solo pesa 720 gramos por esquí.
  • Dynafit Speed. Consta de una pala de 76, una altura única de 1,66 y un peso de 1 kilo por esquí, por lo que también es bastante ligero.

Esquí de travesía polivalente

Algunos no le ponen pegas a nada y les gusta todo. Si es tu caso, y es de los que aman la montaña y sus paisajes y de los que se divierten en todas las condiciones de nieve, tu perfil será el del esquiador de travesía polivalente. En este caso, así deberían ser tus esquís:

  • El patín de tus esquís para hacer travesía en modalidad polivalente debe estar entre los 80 – 90 mm.
  • En cuanto a la altura, se adaptará bastante a tu altura o, incluso, unos centímetros por debajo.

Pros y contras de los esquís de competición

Las tablas de los esquís de travesía de competición sirven para todo y en todas partes disfrutarás. Subirás bien, con seguridad y lograrás una adecuada sensación de manejo.

Desde la cima o el collado, descenderás disfrutando de la nieve polvo y aguantando con solvencia también en nieves duras. Una cosa que te gustará mucho desde el punto de vista económico: los esquís de travesía polivalentes son perfectos para meterles kilómetros y kilómetros, tanto en largas travesías de montaña como en espacios fuera de pista.

¿Qué podemos decir negativo de este tipo de esquís? Como todo lo que es polivalente, es bueno para todo, pero no es lo mejor en nada. Así que en nieve polvo y nieve blanda no llega a alcanzar el rendimiento de unos freeride y en subida tampoco puede llegar a los niveles de los de competición. Eso sí, son unas tablas todo-terreno con un rendimiento muy bueno con las que te puedes divertir de lo lindo.

Modelos sugeridos
Si sois esquiadores polivalentes, aquí os dejamos un par de sugerencias del mercado para escoger unos buenos esquís de travesía:

  • Volk VTA 88 Lite. Son unos esquís con una pala de 88 mm, 1,70 cm de altura y un peso bastante ligero, de apenas 1,060 gramos por esquí.
  • Fischer Alproute. Se trata de un modelo que consta de una pala de 82 mm, 1,70 cm de altura y 1,350 gramos de peso. También están disponiblea en 1,63 cm y 1,77 cm.

Las fijaciones de los esquís de travesía

esquí de travesía

Por último, es importante fijarse en las fijaciones del esquí de travesía porque son algo diferentes a las que estamos acostumbrados. Como sabes, en las botas de esquí alpino, se aseguran mientras estamos en actividad y las libera en caso de caída.

En skimo funcionan igual en las bajadas, pero cuenta, además, con un modo de marcha único que permite liberar el talón de las botas para facilitar el avance en las subidas y evitar forzar los gemelos. Es lo que llamamos cuñas de subida.

Además, estas fijaciones pueden funcionar con cuchillas de esquí de travesía, una especie de crampones ideales para casos en los que la nieve es muy dura. En las bajadas, las fijaciones de los esquís de travesía se vuelven como las de toda la vida: sujetan las botas completamente.

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Publicado por Viajes Estiber

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  1. Muy interesante, me ha ayudado a conocer las diferencias entre las tres variantes. Así ya sé que yo «soy polivalente». Muchas gracias.

  2. Gracias por este maravilloso post sobre esquí de travesía. Es muy interesante, útil e informativo si nunca has sentido hablar de él.

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